Sea cual sea nuestro plan de vacaciones, activo, de relax... Ya sea en pareja, con amigos o en familia, todos tenemos las mismas necesidades. Lo único que pedimos, para empezar, es que la realidad de internet se corresponda con la realidad física... Y es que no creo que haya nadie que no se haya llevado en alguna ocasión una desilusión al ver que las fotografías de la web no tenían nada que ver con lo que allí nos encontramos.
No importa que un hotel sea más o menos lujoso, esto no está reñido con la calidad, ni con el estado en que se encuentren nuestras instalaciones, ni mucho menos con el trato que ofrezcamos al cliente. Cuando elegimos estancia, ya sabemos a lo que atenernos, ni más ni menos, no queremos sorpresas adicionales, si sé que comparto baño con 2 habitaciones ya voy preparado para ello, pero no quiere decir que llegue al hostal y comparta el baño con toda la planta...
7 claves para ofrecer un servicio de calidad a nuestros clientes:
- Ofrecer exactamente lo que ofertamos en los diferentes canales, web, buscadores de hotel, etc. La primera impresión es lo que cuenta.
- Trato personalizado. Ser detallista y reconocer a los clientes que ya han pasado por nuestro hotel es un punto muy positivo, le está haciendo sentirse especial.
- Tratar a todos los clientes por igual, nadie es más que nadie, todos han contratado unos servicios con nosotros y se merecen el mismo respeto.
- Atención respetuosa y cercana. Es importante que nuestro personal sea educado y se preocupe del bienestar y de las necesidades de nuestros clientes. Si se trata de un huésped que siempre veranea en el mismo sitio, puede que lo fidelicemos para los próximos años.
- Evite que el cliente tenga que esforzarse innecesariamente. En la medida de nuestras posibilidades siempre debemos de complacer a nuestros clientes, si estamos en el desayuno y un día no hay yogures pero un cliente, en concreto alguien que suele venir siempre a nuestro hotel, nos lo pide, hagámosle feliz y saquemos un yogur de la cocina, piensa que nuestro cliente está de vacaciones, época para descansar y ser complacido, con ello le estará ofreciendo un valor añadido.
- Limpieza y acondicionamiento. La higiene no está reñida con la antigüedad de las instalaciones. Si nuestras habitaciones, comedores... Están limpios y bien habilitados no importará que la última reforma se haya hecho hace diez años. La limpieza es algo que se siente en el propio ambiente y en un lugar donde pasa tanta gente a lo largo del año es de vital importancia.
- Evite largas esperas. La posición del que está esperando siempre es mucho más incómoda y la percepción del tiempo es distorsionada, no tenga a alguien aparcado en el mostrador durante más de 10 minutos para hacer el check in, se marchará pensando que estuvo allí media tarde y además no volverá.
En definitiva, trate de hacer feliz a sus clientes, póngales las cosas fáciles. Un cliente satisfecho es un cliente que vuelve o que recomienda de manera positiva, es decir, que genera beneficios a nuestro negocio.