Seguro que más de uno os habéis preguntado por qué la gente invierte su tiempo en dejar valoraciones en la red a cerca de su relación y experiencias con las empresas, ¿qué ganan a cambio? ¿qué aportan al resto de usuarios o a las marcas?
Pues bien, lo cierto es que aportan y mucho. De hecho, cuando queremos escoger un restaurante para cenar en una nueva zona de Madrid, o en una ciudad que estemos visitando o si estamos decidiéndonos por reservar un hotel u otro para el verano y los dos están en primera línea de playa y las fotografías de ambos tienen buena pinta… En estos casos la decisión es complicada y ¿a qué recurrimos? a los portales de valoraciones y a los comentarios que los usuarios vierten en la red. Porque nos fiamos de otras personas, porque si alguien dice que en tal sitio hacen la mejor tarta de limón del mundo, nosotros nos los creemos ciegamente y tenemos que ir a probarla. De igual modo ocurre con las valoraciones negativas, si estamos entre dos hoteles que son prácticamente de las mismas calidades nos vamos a los comentarios de los usuarios y vemos que la mayoría de opiniones en uno de los hoteles coinciden en que es muy difícil dormir porque las ventanas no sellan bien y entra todo el ruido de la calle, ya sabemos qué hotel reservar!